viernes, 4 de agosto de 2017

LX VOTARÍA

Lx votaría, si le doliera como a mí ver un chico durmiendo en la calle.



Lx votaría, si le llegara a preocupar como a mí ver a una persona pidiendo limosna. Porque darle la moneda que me sobra es un acto noble, de eso no hay duda, pero no soluciona nada. Le daría una moneda, aún sabiendo que mañana estará de nuevo pidiendo. Recibirá otra, la gastará y volverá al día siguiente. Y la impotencia que queda en mi mano cuando esa moneda se va, ese personaje que podría votar no la va a arreglar. Lamentablemente, así será y nadie se deslomará para dar una solución verdadera al tema. La solidaridad le hace bien al país, tampoco niego eso, pero es un pequeño granito de arena que no le da a las personas lo que necesitan realmente: OPORTUNIDADES. Perdón por el pesimismo, no es la idea herir susceptibilidades ni motivar contrariedades. Al contrario, es para despertar el interés por el prójimo. Los argentinos somos solidarios, hay sobradas muestras de ello. Así y todo, atrás de una gratificante donación, suele esperar el "confort" de una cama, una ducha caliente y una rica taza de café.

Lx votaría, si le creyera algo de lo que dice. Si esas "promesas" en verdad lo sean (o al final se cumplan), y no un simple decir lo que la ciudadanía quiere escuchar. No hay que dejarse engañar tan fácilmente, lo dicho por un representante del pueblo siempre debería ser cuestionado, profundizado, debatido y analizado desde todas las aristas posibles. No se trata de "comprar" el discurso por más pintoresco que parezca. Es sabido que "la realidad" es una construcción que fue pensada, diagramada y hasta estipulada por otros para el resto. Por la importancia de sus dichos, porque son representantes del pueblo: O fueron votados por la mayoría o están en campaña para serlo. Pretenden "hablar por el pueblo". ¿Y saben una cosa? El pueblo habla también con su cultura. Teresa de Jesús, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, dijo "lee y conducirás, no leas y serás conducido", mientras que el Libertador Simón Bolívar sostenía que "un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción".

Lx votaría, si sus ansias de poder no primaran sobre sus acciones.

Lx votaría, si en verdad le importaran las preocupaciones de madres y padres que perdieron a sus hijos.

Lx votaría, si dejara de abrazar así a ese jubilado que aún a su edad sigue soñando con un país mejor para sus nietos. Admirable su manera de llevar el tiempo, ese reloj que corre y avanza, el que a todos tiene apresurados, agolpados unos con otros. Pero a ellos no, ellos sueñan y siguen soñando. Abrazan a esx candidatx como si fuera enviadx del cielo. Se miran, sonríen, se dejan llevar. Uno de los dos actúa esa escena, ¿Será el/la jubiladx o la persona pretendiente del voto?











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