jueves, 13 de julio de 2017

¿CUÁL ES EL PRECIO DE LA DIGNIDAD?

Quiero dirigirme a mis compañeros. Y hago extensivo este mensaje a todos los compañeros que cada uno de ustedes tengan a su lado. Sean del lugar que sean, trabajen donde sea. Me animo a extender el mensaje no solo para los míos, sino también para que este manifiesto se difunda, que la palabra se divulgue o, como decimos en el medio, para que “hagan correr la voz”.



Se vive un tiempo de "cambio". La palabra al principio sonó divertida. Lo que no se supo (ni se sabe) es hacia donde nos lleva ese "cambio". Por eso, ante tanta incertidumbre respirada es bueno replantearnos muchas cosas.

Toda persona que trabaje y comparta gran parte de sus días con otros en ambientes laborales, sabrá bien entender el presente tan distanciado y a la vez arraigado del pasado que vivimos. El “temor” a perder la fuente de dinero, el principal ingreso que proviene de nuestro empleo, nos lleva muchas veces a lugares impensados. No obstante, en épocas de misterioso devenir, de destino incierto, expectativas contrariadas o sensaciones de desamparo, muchas veces solemos caer en interrogantes de índole moral con carácter de juzgar por los valores, la ética y las buenas costumbres. “¿Todos tienen un precio?”

Lo primero que debemos reconocer es el grado de compañerismo asumido. En los pequeños gestos, en esas cosas cotidianas, en el compromiso con el otro, en escuchar los problemas y ayudar a la búsqueda de soluciones, en todo esto me pregunto: ¿Cuántos de nosotros podemos alzar la mano y gritar "lo hice"? Y voy más a fondo aún. En la función que nos toque, en la conducta adquirida, en predicar con el ejemplo, actuar más que decir, ¿fuimos verdaderos compañeros? Apelo a la sinceridad y autocrítica de ustedes, queridos lectores. Sin caretas ni hipocresías redundantes.

Piensen esto: Un COMPAÑERO es aquel que se pone a la par. La palabra, etimológicamente nos remite al latín “comedere” y su significado es “comer del mismo pan”. Es la cualidad de compartir el tiempo junto. Sin embargo, con estar al lado del otro no alcanza. Se necesita algo más. Hace falta compromiso. El compromiso implica responsabilidad llevada siempre con esfuerzo, dedicación y respeto. Si me detengo en este último aspecto, podría recrear miles de situaciones para que al leerlas les suenen familiares. No voy a malgastar su atención y desperdiciar su tiempo. Con escribir tres palabras me alcanza y sobra: POR FAVOR. GRACIAS.
Respondan con sinceridad, ¿Cuántas veces en el día las dicen? ¿Y de quiénes las oyen? Ahondar sobre temas educativos de las personas merece otro análisis. Solamente tendríamos que hacer una mirada retrospectiva para ver a las claras estas situaciones. Prestar atención, observar, mirar el comportamiento (propio y ajeno), nos va a servir para entender quién es compañero y quién no. Los ojos, muchas veces, dicen más que los labios. No se queden limitados por el espacio de su propia oficina, ni sentados en la comodidad de su silla, porque por más cómoda que se sienta, mientras eso pasa, en algún punto alto alguien está pensando en dañar su integridad laboral, en cortar su trabajo…Y con eso, su derecho. Tampoco es conveniente pensar en “a mí no me pasó”, porque puede ser que hoy no haya pasado, pero mañana quien sabe.

En segundo lugar me gustaría desmitificar una palabra: Profesional.
Si yo les dijera que ya no existen profesionales, tal vez ustedes se ofendan y quieran insultarme. Van a tener que guardar sus improperios para otro momento porque estoy seguro que aún hoy, con tanto "baratismo" y desintegración intelectual, profesionales quedan. La esperanza se mantiene intacta. No la van a poder matar ni mil trajeados con carpetas en la mano, ni cien de saco y corbata frente a un atril con una bandera argentina de fondo. Ese poder que ellos se adjudican puede ser que les pertenezca, pero el DERECHO y la LIBERTAD son nuestras. Somos los únicos dueños de nuestro destino y, lo más importante, del cultivo de nuestra mente. Mientras haya esperanza, habrá un trabajador con ansias de crecimiento, con ganas de hacer las cosas bien. Como siempre digo, existen dos maneras de hacer las cosas: Una bien y otra mal. La elección es nuestra. No de aquel que se sentó en esa oficina por los malabares del destino y la ruleta rusa (donde los perdedores fueron otros) del puesto gerencial vacante. Seamos justos, porque lo justo es justo.

Volviendo al mito, cuenta la leyenda que “profesionales” eran los de antes. Hombres y mujeres entregados en cuerpo y alma a perseguir su labor, a defenderla a ultranza, a pelear con uñas y dientes por el respeto de las normas. Hoy en día, esos próceres existen. No son seres sobrenaturales o inhumanos. Son tan comunes y corrientes como quien escribe. Tampoco hay que confundir profesional con "hago lo que sea con tal de estar", no confundamos profesionales con esos jóvenes llenos de ímpetu que en su sobredosis de éxtasis y vértigo confunden el trabajo con un juego donde la diversión es el premio, a ellos sólo les falta buen aprendizaje...Ni a soberbios adictos a la cafeína que en su afán por denigrar la labor del otro para enaltecer su baja y denigrada autoestima son capaces de vender su alma al diablo a bajo precio pero alto costo…Ni asocien “profesional” con circenses en plena obra, “hombres pulpo” que asistan a misa y procesión al mismo tiempo, oficien la Misa y para peor, confiesen los pecados ajenos para el “perdón divino”. ¿Acaso creen que salvarán sus vidas por tomar café y develar secretos al mismísimo “Lucifer”? Se llama FLEXIBILIZACIÓN laboral: Existe desde tiempos remotos, es hija del neoliberalismo. Los que entiendan lo que fue la década del 90, sabrán entender.

Insisto en esto: Los verdaderos profesionales existen. No son aquellos que se creen dueños de la verdad, sino los humildes que saben reinar de templanza en medio del caos. Son humanos y como tales gozan de humanidad, con valor de la redundancia. Cuentan con la moral, ética y respeto por el prójimo. Están, los pueden ver. Trabajan con ustedes, sonríen y dicen “buen día”, agradecen y los felicitan por su trabajo, dan una mano y jamás harían algo para perjudicarlos. Son personas que tienen el plus valor de la esperanza. Eso, los mantiene con vida.

En tercer lugar, intentaré describir aquello que nos aleja del entorno. Esa conducta donde el encierro y la explicación de todo pase por la mirada subjetiva de las cosas. Lo que lleva al inevitable camino del egoísmo. En realidad lo que justifica un acto de egoísmo es la actitud que tomamos ante el resto: Más nos abstraemos, más egoístas nos convertimos. Dicha actitud pone en tela de juicio nuestro obrar, por nosotros frente al mundo, pero sobretodo por ese exterior, ese “otro” que nos rodea viéndose ignorado por la falta de interés. Dicen que el hombre es egoísta por naturaleza, por eso no deben culparse. No obstante, es un desafío planteado esforzarnos por pensar en los demás antes que en nosotros mismos. La noción del otro. Reconocer en el otro, personas que podrían estar necesitando ayuda. Parece irreal, no es imposible.
  
Por último, el principal sentido de todo esto: La dignidad.
¿Qué tan dignos se pueden sentir al llegar a sus casas luego de una jornada laboral? ¿Pueden mirar a sus íntimos a los ojos y decirles, con la frente en alto, “este dinero me lo gané dignamente”? Esa silla que ocupan, ese puesto que les toca, ¿Pertenecía a otro antes?

Considero a la política el arte de la manipulación de la palabra. Podemos tener ideales, convicciones y fundamentalismos. Pero todos, de una u otra manera, estamos siendo engañados por alguien que esconde sus verdaderas intenciones. Abramos los ojos. No creamos lo que nos dicen, veamos las cosas de otra manera. Hay que saber leer entre líneas.

    "Página 12"


"Perfil"



    TV- "C5N"


    TV- "TN"


Hoy, muchas personas están “en la calle”. Se quedaron de un día para el otro sin trabajo. Cada caso es una historia, porque hay una familia detrás. En la generalidad, son personas que deberán salir a afrontar el nuevo mercado laboral, con la presión de ser sostén familiar sobre sus espaldas. Y con todo eso, no deben renunciar a su propia dignidad, esa que los hace más humanos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos así lo afirma: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.” Es sabido que “el trabajo dignifica al hombre”, de eso no hay dudas. Solo una pregunta nos queda responder, como la última reflexión: ¿A qué precio?

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viernes, 7 de julio de 2017

Las mentiras piadosas del Gobierno

AL GOBIERNO SE LE SALIÓ LA CADENA

La comunicación entre ciudadanía y organismos gubernamentales es una herramienta vital en el funcionamiento de la sociedad. Lamentablemente, está siendo desprestigiada por muchos.
¿La población está incomunicada? No al extremo que plantea la pregunta, pero si al borde. En una crisis comunicacional, la desinformación es una marca característica. 

El día jueves 6 de julio, el país amaneció con una publicación en el "Boletín Oficial"  que generó polémica. 


Tras una resolución del Ministerio de Transporte, se designó a la arquitecta María Belén Cardasz como la nueva Directora de Movilidad en Bicicleta, un cargo que fue creado en noviembre del año pasado pero recién ahora será ocupado.

Según se refleja en la decisión administrativa 483, firmada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, la funcionaria ejercerá esta posición durante un período de 180 días hábiles a contar a partir de la publicación (ayer) de esta decisión administrativa.

Dependerá de la Dirección Nacional de Transporte No Motorizado de la Subsecretaría de Movilidad Urbana de la Secretaría de Planificación de Transporte, bajo la órbita de la cartera que dirige Dietrich. La directora recibirá una remuneración equivalente al nivel B, grado 0, función ejecutiva III de la escala salarial del empleo público (Sinep).





La flamante Directora trabajó en el equipo de planificación del proyecto ECOBICI y en el del Metrobus de la 9 de Julio. Allí llevó adelante "tareas de revelamiento y documentación". En sus comienzos como profesional, también fue dibujante y proyectista en un estudio privado.

Entre sus funciones, deberá "realizar estudios, evaluaciones e informes que fundamenten proyectos de movilidad no motorizada", "participar en la obtención de financiamiento para proyectos de su área", así como "efectuar actividades de asistencia técnica en las áreas que sean requeridas a la Dirección Nacional" y "participar en reuniones y eventos en los que se analicen cuestiones inherentes a proyectos".

Desde políticos hasta medios de comunicación, las reacciones espontáneas de rechazo a la designación fueron elocuentes. Sin embargo, una vez más quedó demostrado que la escasez de información genera prejuicios, opiniones, descalificaciones, entre otras cosas. Esto, sin duda alguna, se podría evitar con los datos precisos al alcance de todos.

Sin embargo, el manejo del Gobierno en la comunicación no se puede analizar solamente desde este aspecto. Existe otro punto clave para visibilizar, importante como cabal demostración de imprudencia e inconsciencia a la hora de brindar un mensaje. Para tener en cuenta: ¿Qué pasa cuando se equivocan quienes no deberían?

UN ERROR DESUBICADO

"Haciendo lo que hay que hacer. Estamos urbanizando la zona de Zaimán, donde viven más de 1.200 familias", señalaba el anuncio de Presidencia haciendo referencia a una obra para Tucumán cuando, en realidad, Zaimán es una localidad de Misiones.

El Programa que busca ampliar el sistema de trenes a nivel nacional gastó al rededor de unos $200.000 en un anuncio publicitario erróneo en la edición dominical de un matutino tucumano sobre obras en una localidad que no existe en esa provincia.







El anuncio se refiere a un conjunto de obras situadas en la localidad de Zaiman, que para la propaganda se encuentra ubicada en Tucumán. Sin embargo, le erraron por unos 1.102 kilómetros ya que el Arroyo Zaiman está en Misiones.

Hace poco más de un mes, en mayo de este año, el sitio "Misiones Online" mostró un informe sobre la limpieza del arroyo Zaimán en la Provincia de Misiones:



POCAS PULGAS

Si las mascotas pueden ingresar a los bares o no, es un tema de poca relevancia. En la agenda de los representantes del Gobierno deberían estar otras cuestiones, sumado a eso el hecho de pedir opinión a los vecinos. Aún así, no es conveniente que los bares y locales gastronómicos reciban mascotas, por varios motivos. Desde la escasa representatividad de las encuestas hasta los trastornos que esta medida implica, resulta incoherente avalar la propuesta.

La idea del Gobierno porteño era mandar una ley a la Legislatura para derogar la ordenanza que prohíbe a los animales dentro de locales gastronómicos. La última encuesta de Participación Ciudadana, lanzada el jueves por el Gobierno de la Ciudad, tuvo a los porteños divididos como perros y gatos. En una reñida votación, ganó el no. Aquí está el dato llamativo: Votaron 289.755 porteños. El "no" se impuso con el 52%, o sea 148.094 personas, mientras que el resto (141.661) votaron por el "si". Fueron 289.755 personas. Claramente, ese número no refleja la totalidad de la población. Entonces, ¿qué tan seria puede ser la convocatoria de “participación”?. Los resultados definitivos del censo de 2010 contabilizaron la población de la ciudad en 2.890.151 habitantes. La matemática es una ciencia exacta, 289.755 representa el 10,02% de 2.890.151. Si solo el 10% de la población total de la Ciudad autónoma de Buenos Aires votó, ¿es representativo el porcentaje? ¿Representa la opinión de todos los vecinos?

En noviembre del año pasado, cuando consultaron si los vecinos aprobaban que los animales viajen en el subte, votaron 151.800 personas y el 72% estuvo de acuerdo. La gente participó a través de www.buenosaires.gob.ar y de los perfiles de Facebook y Twitter del jefe de Gobierno de la Ciudad, www.facebook.com/horaciorodriguezlarreta y @horaciolarreta, entre otros canales. Otro porcentaje escaso: En aquel escrutinio digital, los 151.800 que votaron sólo representan un 5% del total de la población. Dejando excluidos a los habitantes de clases bajas, los adultos mayores de edad, etc.

Según la última Encuesta Anual de Hogares, cerca de 430.000 perros y alrededor de 250.000 gatos viven con familias porteñas; hay una mascota en uno de cada dos hogares. Sin embargo, la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal no se expidió al respecto. No emitió ningún comunicado, no opinó ni a favor ni en contra de la propuesta. Es una observación llamativa, porque le hubiera dado otro marco al debate. Al momento de buscar opiniones que defiendan la iniciativa y no poder dar con voces a favor, dicha ignorancia por parte de esta Asociación comprueba la premisa. Es un debate poco serio. Si alguna autoridad o representante de dicha Asociación hubieran opinado, otra sería la cuestión.

Otro aspecto no menor es la coyuntura. En épocas de elecciones, ¿podría tratarse de un acto demagógico? La demagogia es, según la historia de las doctrinas políticas de Aristóteles, la «forma corrupta o degenerada de la Democracia» que lleva a la institución de un gobierno tiránico de las clases inferiores o, más a menudo, de unos que gobiernan en nombre del pueblo. Aristóteles sostenía que cuando en los gobiernos populares la ley es subordinada al capricho de los muchos, definidos por él como los "pobres", surgen los demagogos que halagan a los ciudadanos, dan máxima importancia a sus sentimientos y orientan la acción política en función de los mismos. Aristóteles define por lo tanto, al demagogo como “adulador del pueblo”. El jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, publicó un video a su cuenta oficial de Twitter pidiendo a los vecinos que opinen del tema.

Por último, existe un motivo real que, si bien no afecta a la mayoría, no debe pasar por alto. Está psicológicamente comprobado que hay dos tipos de fobias relacionadas a los gatos y los perros: La ailurofobia y cinofobia. Se definen como persistente, anormal e injustificado miedo a estas mascotas. La persona que las padecen, no los pueden tener cerca. Sufren palpitaciones, sudor, temblores, dificultades respiratorias, ataques de pánico e incluso hasta se producen desmayos. Tanto la ailurofobia (para los gatos) como la cinofobia (perros) están siendo estudiadas por la psicología dentro de la categoría de lo que se conoce como “trastornos de ansiedad”. Hasta la fecha, la fobia a los animales es el trastorno que cuenta con un mayor grado de aval empírico. Iván Pavlov en 1920 y el científico Jhon Broadus Watson luego, estudiaron la existencia del reflejo condicionado y lograron comprobar la fobia provocada experimentalmente. Si una persona fóbica quiere almorzar o tomar un café en un local que le gusta pero allí dentro hay personas con perros y gatos, ¿se tendría que privar de hacerlo?

Debatir temas relevantes para la ciudadanía es una obligación para todos, desde políticos hasta comunicadores. En todos los ámbitos debe existir el consenso. Existen temas que ameritan estas confrontaciones y otros que no tanto. Si el lema del partido político que gobierna la Ciudad es "Haciendo lo que hay que hacer", la pregunta es: El tema de las mascotas en los bares porteños, ¿es realmente lo que hay que hacer? Habiendo otras cuestiones de tamaña importancia, que son preocupación diaria de los ciudadanos. Si las familias en sus casas temen por la inseguridad que se roba sus vidas, si económicamente no llegan a fin de mes, si la incertidumbre laboral crece. ¿Es conveniente pensar en qué hacer con las mascotas? Muchas cosas deberían replantearse, empezar a trabajar seriamente y acorde a las necesidades reales de la ciudadanía. Mientras tanto, en la mesa de un bar, que haya personas y no pulgas.


Y mientras haya tiempo para sacarse una selfie, todo va a estar bien. Porque #VamosJuntos, entonces todos somos parte de eso.



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