miércoles, 31 de mayo de 2017

¿NOS OLVIDAMOS DE MICAELA GARCÍA?

Ayer sucedió un hecho significativo en el Congreso de la Nación que fue pasado por alto por los principales medios de comunicación en Argentina, sobre la profunda y dolorosa problemática de la violencia de género. Tratándose de un tema que a todos preocupa, en verdad, ¿a cuántos ocupa realmente?

Mientras en todos los canales desfilaban imágenes de una cantante famosa y se "farandulizaba" su vida íntima amorosa dándole micrófono abierto a los hombres que, en su peor versión de "poco hombre", se encargaban de ventilar cuanto dato pudieran para manchar el honor de dicha mujer, banalizando y otorgando al tema (judicializado ya) un tinte novelesco para el morbo deguste de la opinión pública.

Mientras informaban algún crimen de una mujer con una frase suelta al aire como "crimen pasional", escudándose todos en sus "zócalo informativo" (que sólo está porque es una orden, porque así lo dice la ley) que bien aporta la híper repetida recomendación: "Si sos víctima de violencia de género llama al 144", de fondo se escuchaban voces cosificadoras, acusatorias, minimizantes, IRRESPONSABLES, negligentes e incluso ignorantes del verdadero debate que merecen estos temas. Y todas esas presentaciones son televisivas. No son más que eso, un show pensado, orquestado y llevado a cabo por personas que instalan esos temas en la agenda bajo el ESCUDO de ese zócalo (Ya no alcanza). Y es un escudo porque les sirve para protegerse de las sanciones económicas que el ENACOM les da si incumplen. No es más que eso. Es estar obligados a ponerlo. Entonces ahí la seriedad nuevamente cae. La responsabilidad cae. Y en esa caída pagan las verdaderas víctimas: Las pibas que se mueren. Las pibas que ya no tienen futuro, porque un tipo lo mató con sus propias cobardes manos.

Mientras, con sobreactuada cara de compungidos, los presentadores de noticias decían que "es grave y preocupante que haya una denuncia de violencia de género" sobre un famoso cantante de cumbia, en el Congreso de La Nación estaba siendo presentado un conjunto de PROYECTOS DE LEY CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO, nada más y nada menos que en manos de los padres de Micaela García, quienes perdieron a su hija en abril pasado en la Provincia de Entre Ríos. El femicidio de Micaela García dejó algo más que dolor en las manos de estos padres. Dejó una misión, la de no dejar la lucha de la joven en vano, como tantas otras luchas han quedado en este país. “Yo no hubiese deseado estar acá, la muerte de Micaela tiene que servir para algo, para unir, queremos que se cumpla su misión”, dijo Néstor García.


Mientras en la pantalla seguía el show, en el recinto se mostraban las carpetas con el inicio de otra larga lucha. Así, el Congreso fue testigo de la presentación de los proyectos de ley para prevenir la violencia de género. Son tres iniciativas que llevarán el nombre de Micaela García y tendrán distintos abordajes. Los proyectos incluyen una ley de capacitación obligatoria y continua en género para todos los funcionarios del Estado, un proyecto que establece un programa de capacitación de promotores territoriales en género de alcance nacional y una última iniciativa orientada a un plan Nacional deportivo para la integración y la no violencia a las mujeres.



Un hecho así debería ser de público conocimiento, entonces, ¿por qué no llegó a la mayoría de los argentinos? Dejando las hipocresías de lado, quitando el velo a esos que se ocultan bajo la falsa preocupación por la problemática social.
Sin ser hipócritas digamos, ¿Ya nos olvidamos de Micaela García? 





Cuando, en su momento, velaban a la joven y todos los medios se "consternaron", agolpados en la ciudad de Concepción del Uruguay, con el dolor de sus familiares y amigos, unidos en sus transmisiones dedicando horas enteras a mostrar lo que allí ocurría. ¿Por qué ahora no se ocuparon de contarnos esto? ¿Por qué no se agolparon los medios al recinto del Congreso para contar esa noticia? Algo pasó ayer, mientras todos hablaban de otra cosa.

En días, una nueva convocatoria del colectivo #NiUnaMenos reunirá a todos en una marcha para volver a gritar BASTA DE FEMICIDIOS. Sin duda alguna acudiremos al llamado, ese día recobraremos la conciencia y tal vez algunos recuerden quién fue Micaela. Eso sí, no olvidemos sacarnos la "careta". Ir sin las vestiduras sociales y dejar de aparentar una preocupación. Se necesita un pueblo con mucha memoria, un pueblo atento y dispuesto a no dejar pasar las cosas. Si somos esa sociedad militante de la lucha por los Derechos, seguramente le rindamos verdadero (y merecido) homenaje a esa joven, llamada Micaela García.



 

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martes, 30 de mayo de 2017

¿Seguimos leyendo?

Leer es leer... ¿Aunque se escriba distinto? ¿Seguimos leyendo realmente?
¿Aunque, para expresar una idea, el "neolenguaje" nos demande adecuación al limitado campo de los caracteres contados? ¿Cuándo pasó que las letras se convirtieron en "algoritmos"?

Leer un libro, leer un Twitter: ¿Es lo mismo? Al reconocible aspecto morfológico que evidencia los soportes materiales o técnicos entre uno y otro (al libro lo sostiene el papel, al "tuit" lo digital) hay que sumarle el hábito de lectura que esto conlleva. Ahí está la clave. Ya no se escribe para lectores, se publica para usuarios. Comprender esto alcanza para asumir los cambios en los modos de lectura por parte de las personas, pero fundamentalmente en quienes escriben.

Un aspecto central emerge de esta cuestión, aquello que Julián Gallo menciona como "la era de la atención". Vivimos en tiempos donde la inmediatez nos dice constantemente cuán rápido deberíamos ver las cosas, enterarnos las cosas, leer artículos, reflexionar los hechos. Hoy, todo está al alcance de la mano o, mejor dicho, del dedo.  (Recomendable: Leer La era de la atención )
Sumado a eso, la supremacía de la imagen reinante sobre la desvalorización de la palabra, convierte todo aquello por expresar en contenido superfluo, en algo "vacío" de contenido, un sinsentido de publicaciones. ¿Cuándo nos detuvimos unos minutos a dedicarle la profundidad necesaria a la lectura de un artículo?

El bombardeo permanente de meta-información nos transforma en receptores digitalizados cada vez más preparados. Con esto se refuerza la idea de (des) atención, ya que por estar "a priori" preparados, entonces nada sorprende. Las palabras se repiten, las historias se comparten, se copia y se pega (con la facilidad del "Ctrl+C / Ctrl+V" y ese hurto inocente perdonado). Y así, casi sin leer, ya no se redacta.

¿Cuál es la practica de lectura habitual?

Es sabido que un libro carga consigo la tinta de lo impreso, el aroma del papel, el arte de una tapa, la tipografía y la edición previa de sus textos. Ahora, ¿eso nos sigue atrapando como antes? Sin embargo, al intentar responder este interrogante se desprende otra pregunta, que deviene de una disyuntiva: ¿Leemos como antes? Y a la hora de escribir, de pensar los textos, ya sea literarios o periodísticos, ¿escribimos para ser leídos?


Estamos atravesando una era sumamente novedosa, llena de incertidumbre que sirve para el replanteo de muchas aristas importantes, proveedoras del carácter cultural de una sociedad. Como se anticipó y predijo el profesor Herbert Simon en 1971, la abundancia de información ha creado una "pobreza" de atención, la comunicación humana deberá barajar nuevas cartas y repensar el modelo. ¿Seguiremos pujando por renacer lectores o mutaremos las palabras para captar desatentos?

Queda camino por recorrer, la única certeza es que alguien está leyendo. Y mientras hayan ojos para ver, códigos lingüísticos para descifrar y frases para inculcar en profundidad, la cuestión del tiempo efímero, apresurado, inmediato, irá perdiendo peso. Porque si tenemos 5 minutos, podemos leer esto y mucho más.





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miércoles, 24 de mayo de 2017

Frenar el tiempo... A tiempo

“Nada está construido en la piedra. Todo está construido en la arena. Pero debemos construirlo como si la arena fuese piedra” J. L. Borges. 

Quiero pedirles a todos un favor: Construyan, armen, forjen. Dicen que el destino escrito está, pero les aseguro que en la práctica diaria podemos muchas veces torcerlo o sentir el poder de hacerlo. Por más difícil que parezca, en estos tiempos donde lo vertiginoso y apresurado rige, demande o exija, podemos tomarnos un tiempo para nosotros. Ese tiempo que todos necesitamos, ese rato de silencio, ese suspiro al oído que nos dicte qué hacer, el camino a seguir, los consejos que conviene escuchar. Tómense ese instante, porque la vida misma se va a encargar de hacerles notar lo apresurados que iban en la marcha cuando todo explotó, cuando esa bomba detonó…Y el daño, muchas veces, puede ser dañino, en todo sentido.
Sepan detenerse, mirar, contemplar, buscar, indagar, observar, frenar para volver a seguir, tomar aire y darse impulso. ¡No saben lo renovador que puede ser el aire fresco en el rostro en momentos de caos! Somos efímeros, el río sigue su curso, el mar moja esa arena, las olas arrastran, y nosotros seguimos camino, que en un abrir y cerrar de ojos puede desvanecer, la luz se puede apagar y el cielo dejar de brillar. Aún así, hay camino por andar.

Muchas veces me pregunté, ¿Dónde está el mundo cuando no lo miro? Y podría desafiarlos a ustedes, que se hagan la misma pregunta en busca de la misma respuesta. Realmente, ¿sigue en el mismo lugar? El mundo, lo ajeno, el exterior…¿Dónde se encuentra?  ¿Acaso hoy en día todo pasa por las “notificaciones” de un celular? Estoy seguro que no. Simplemente confundimos realidad con virtualidad. ¿De qué sirve exhibir más que para exhibirnos, muchas veces, una falsa realidad y esconder la desnudez? La exhibición desluce una frivolidad al verdadero sentido de un sentimiento, algo más profundo que ninguno de los “caracteres” podría sintetizar, que ningún numeral podría etiquetar.

Amen la vida, en todas sus facetas: Cuesta, porque las ocupaciones nos distraen o nos empecinan en “llegar” a ese destino. Sin embargo me permito aconsejarles, no hay prisa, nada ni nadie los corre. Ni siquiera el mismo tiempo, ese tic tac envenenado que genera paranoia en hombres y mujeres quienes, presurosos por “ganarles” la carrera hacen hasta lo imposible para ser apariencia, hoy la modernidad exige ser apariencia…Somos aquello que aparentamos: “Se te ve feliz”, comentamos. “Que bien vestís”, “que bello auto llevas”, “cuanto brillo en tus alhajas”, “que buen físico luces”, etc.

¿Saben dónde encuentro lo bello de la vida? En la vida misma…Y no en lo que nos llevamos de ella o en lo que un anuncio publicitario dice, porque todo eso queda. Nuestros actos, nuestros hechos, lo que decimos, lo que hacemos, nuestros gestos, los errores y aciertos, todo, absolutamente todo se queda. También quedará lo caro de la ropa, lo costoso de una decoración, los seguidores que tengamos, el entorno que mire nuestra figura, las etiquetas, el modo de hablar, moverse, lo estándar, la moda, el estilo, la tendencia, las marcas en nuestra piel, los dibujos de los tatuajes, los cánones establecidos, ¿Por qué la obsesión al perseguirlos?

Por eso deberíamos frenar, levantar la cabeza y mirar alrededor. ¿Qué hay más allá? ¿Quiénes viajan con ustedes en ese colectivo, tren o subte? ¿Qué dicen sus ojos, qué esconden sus miradas? ¿Qué paisaje nos regala el otro lado de la ventana? Si realmente nos sentimos dueños de nuestro tiempo, les garantizo que el placer estará al alcance de la mano: En el aroma al café recién servido o la tierra húmeda por la lluvia, en el movimiento de las hojas de un libro, en el sonido de los pájaros al amanecer, en la claridad de la luz de la luna, en la risa de un bebé o el ladrido de un perro juguetón, en las nubes dibujando formas y siluetas graciosas, en las copas de los árboles, en las arrugas de un anciano. Y podría seguir…

Leí hace un tiempo que la Pronoia es el estado mental contrario a la paranoia donde la persona se convence que el Universo está a su favor, aportando una cuota de optimismo. ¿Podremos convencernos todos de esto? Como somos impacientes por naturaleza y el presente en que vivimos requiere una respuesta “ya”, estamos apresurados a ver el resultado de las cosas incluso antes de plantearnos las mismas, por eso queremos correr más rápido que el mismo reloj. Que sea la esperanza y la confianza en el Universo lo que nos mantenga erguidos, con la frente en alto, pacientes y sin prisa alguna.  

Cada granito de arena aporta tanto a la causa, que si está bien sujeto y amalgamado, será cimiento para construir un castillo irrompible. No permitan que nada ni nadie los derriben, porque la envidia y la malicia están al acecho constante, giran alrededor de ustedes, muchas veces no los pueden ver, pero están ahí, a la expectativa de verlos flaquear para darles ese “golpe de gracia” que termine con ustedes en el suelo. Y si eso pasa, sin miedo, con mayor fuerza, habrá que levantarse y seguir…

En las costas de nuestro orgullo, el mar nos traerá más y más arena. Arena que será piedra, piedra que será castillo, que nada derribará los muros porque donde haya firmeza habrá seguridad…Y esa seguridad nos mantendrá de pie, sintiendo al tiempo en nuestras manos.

La última experiencia que pasé me enseñó que se puede, es posible y depende únicamente de cuán dispuesto esté: Asumo el desafío, acepto el reto, el tiempo no se detiene solo, pero sí puedo frenarlo…antes que sea demasiado tarde.




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martes, 23 de mayo de 2017

2X1: Genocidas sin promociones

"No al 2X1" fue el grito que se hizo sentir el miércoles 10 de mayo en la concurrida marcha del Obelisco a la Plaza de Mayo en rechazo al fallo de la Corte Suprema que habilita el 2x1 para los condenados por delitos de lesa humanidad. Las protestas se extendieron a lo largo del país.


De punta a punta. No solo en el Congreso de la Nación, pasando por el Obelisco porteño, hasta la histórica Plaza de Mayo, ícono de grandes concentraciones que son recuerdo latente, sino en distintos puntos del país se pudo visibilizar el reclamo masivo de los ciudadanos, trabajadores, agrupaciones políticas, sindicatos, organizaciones barriales y otros grupos.

Además de las banderas partidarias, las insignias de los partidos políticos, los pañuelos blancos decoraron la escena por las calles, estaban por todos lados. Algunas personas los tenían en la mano, otros atados al cuello y algunos más en la cabeza. Los primeros en llegar se fueron ubicando frente a la pirámide de Mayo, a la espera del inicio del acto.

Un escenario montado con la Casa Rosada de fondo, tenía un cartel blanco con la frase "Señores jueces: Nunca Más. Ningún genocida suelto. 30.000 detenidos desaparecidos presentes." Las miles de almas que iban llegando se agolpaban frente a ese escenario para escuchar la voz de la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, la señora Estela de Carloto.

La marcha desde adentro:







Las marchas se replicaron a lo largo y ancho de la República Argentina:











La ex Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, también hizo mención al tema en la red social Twitter:




El día 3 de mayo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por mayoría de tres votos contra dos, declaró aplicable el beneficio del llamado "2x1" para el caso de Luis Muiña, condenado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en el Hospital Posadas, en el oeste del Gran Buenos Aires.

Apenas unas horas más tarde de que se difundiera el fallo que benefició a Luis Muiña, otros cuatro represores solicitaron el mismo "privilegio": el obstetra de la ESMA Jorge Luis Magnacco, condenado por el robo de bebés; Alejandro Lazo, condenado por torturas; el represor Víctor Gallo y el coronel retirado Héctor Salvador Giribone, preso por el robo y ocultamiento de la identidad del hijo de desaparecidos Pablo Javier Gaona Miranda. Por último, se sumó su pedido el genocida Arnaldo "Chubi" López, un civil de Inteligencia condenado en el marco de la megacausa "La Perla", que cumple cadena perpetua por 280 homicidios calificados y 383 secuestros.

Según la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, unos 278 genocidas podrían quedar en libertad si se les aplicara el beneficio del 2x1 en sus respectivas causas.

La decisión de la mayoría constituida por Elena Highton de Nolasco, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz sostuvo que el beneficio de la ley penal más benigna resulta extensivo y se aplica "siempre" a todos los delitos, sin distinción alguna. Con este argumento, declararon aplicable la ley 24.390 (conocida como 2x1). Los jueces Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte, y Juan Carlos Maqueda, argumentaron que el beneficio del 2x1 no es aplicable a los condenados por delitos de lesa humanidad.

El abogado Nicolás Vargas, profesor de Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires, opinó al respecto sobre la cuestión técnica del fallo:







¿Quiénes son los jueces que están en el ojo de la tormenta?





Carlos Rosenkrantz, Elena Highton de Nolasco y Horacio Rosatti: Los jueces que votaron a favor de otorgarle el beneficio del 2X1 a los condenados.



Tras el fuerte rechazo que generó el fallo que avaló el beneficio a genocidas condenados por delitos de lesa humanidad, el abogado Marcelo Parrilli radicó una denuncia penal en Comodro Py contra los tres magistrados por dictar una resolución contraria a derecho. Es la primera denuncia a raíz del fallo de la Corte, que ya derivó en pedidos de excarcelación por parte de los represores condenados.


La denuncia quedó en manos del Juez Federal Daniel Rafecas, quien remitirá al fiscal Guillermo Marijuán para determinar si corresponde o no iniciar una investigación sobre los tres magistrados.





Como conclusión, Nicolás Vargas, dio su visión sobre la masiva concurrencia de la sociedad a marchar en repudio al polémico fallo. Destacó "el repudio unánime y absoluto que ha tenido la clase política" y también "el nivel de movilización" mostrado por la ciudadanía. Por último, sostuvo que la marcha fue "una de las más importantes desde el regreso de la Democracia".






El mapa:
 
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sábado, 20 de mayo de 2017

Democracia y Libertad

¿Sabrán todas estas personas, corriendo y trotando alrededor de la plaza, que muy cerca de aquí funcionó un lugar siniestro?, ¿sabrán las madres de esos niños, bajando y subiendo de la hamaca, que hubo una época en la que el terror, el miedo y el silencio reinaban en este barrio? Y en aquel tiempo, los niños no eran felices, no en este barrio…

Los adoquines que dibujan el marco de las calles son los mismos que guardaron oscuros secretos, miradas opacadas, voces censuradas y macabros hallazgos; de la cruda verdad, la triste realidad que se vivía aquellos días y noches. Parece que, con el correr de los años, las piedras levantaron (literalmente) esta plaza otorgándole otro aspecto: Lucen brillantes sus juegos, los árboles son inmensos, los banquitos tiesos y desde cada esquina la apariencia guarda su belleza distintiva. En el centro, como flecha de Cupido clavada en el mismísimo corazón, el mástil sostiene la bandera Argentina, el celeste y blanco que alguna vez se manchó de rojo sangre, hoy luce radiante por el sol sonriente. La calesita se presenta imponente dentro de su jaula de rejas blancas oxidadas, baila una danza alegre que olvidó la amargura de los años transcurridos pero no se priva de recibir a cuantos niños lleguen.  

La plaza se encuentra en el partido de Lomas de Zamora, en la manzana encuadrada entre las calles Laprida (su principal) y Gorriti, Posadas y Luis Beltrán, las dos últimas, calles empedradas que rebotan las ruedas de los autos: hoy son lujosos y algunos hasta importados, antes llevaban una marca, Ford Falcon.  En la esquina de Laprida y Tucumán se encuentra la placa que dice “Plaza Dr. Raúl Alfonsín”, este nombre significa la unión del pasado con el presente gracias a la marca ineludible de la Democracia como fuente de un valor principal: La libertad. Ese derecho primordial del hombre que los inhumanos pretéritos se encargaron de arrebatar, a pocas cuadras de aquí, en un sitio llamado “El Pozo”. No está lejos, con solo continuar el recorrido de la calle Laprida hasta toparse con el “Camino Negro” se llega a la intersección de las calles Siciliano y Vernet, de la ciudad de Banfield.

Antiguamente, funcionaba un centro de detención clandestino, en un edificio de tres plantas, con unos 25 metros de frente por 20 de fondo, que en su planta baja tenía la oficina del Jefe y sala de torturas, en el primer piso, calabozos, oficinas, comedor y casino de personal, y en el segundo, más calabozos y un baño. Allí, un total de 309 personas sufrieron el peor calvario, privadas de su libertad sin ver la luz del sol ni escuchar la risa de los niños, como lo harían en la plaza que tan lejana e inaccesible parecía. Entre los prisioneros, había cuatro mujeres que dieron a luz, cuyos hijos continúan sin ser identificados. Los jóvenes, estudiantes y soñadores de un futuro, perdieron sus lápices en la noche trágica del 16 de septiembre de 1976, esos mismos que podrían escribir bellas historias o dibujar hermosos paisajes, pero que en aquella espesa nocturnidad cayeron en ese pozo maldito. Así fue que los lápices se disiparon en el humo, sus trazos fueron borrados por otras manos, pero sus ideales siguen vigentes.

Por eso esta plaza tiene el nombre de un hombre, para darle un rostro al inicio de una nueva era donde los toboganes solo deslizan esperanza, la juventud encuentra en el pasto a un aliado para el mate, la calesita gira incansable al ritmo de la algarabía y donde los niños corren libres.

Entonces, con más razón los vecinos seguiremos llamándola por su verdadero nombre, la “Placita Libertad”.



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martes, 16 de mayo de 2017

Un poco de Borges no hace mal

La dosis justa de Borges, para sus lectores.

"Tomar un libro y abrirlo guarda la posibilidad del hecho estético. ¿Qué son las palabras acostadas en un libro? ¿Qué son esos símbolos muertos? Nada. ¿Qué es un libro si no lo abrimos? Es simplemente un cubo de papel y cuero, con hojas; pero si lo leemos ocurre algo raro, creo que cambia cada vez.
Cada vez que leemos un libro, el libro ha cambiado, La connotación de las palabras es otra. Además, los libros están cargados de pasado.
Si leemos un libro antiguo es como si leyéramos todo el tiempo que ha transcurrido desde el día en que fue escrito y nosotros. Por eso conviene mantener el culto del libro.
El libro puede estar lleno de erratas, podemos no estar de acuerdo con las opiniones del autor, pero todavía conserva algo sagrado, divino, no con respeto supersticioso, pero sí con el deseo de encontrar felicidad, de encontrar sabiduría."  Jorge Luis Borges, "El libro".

¿Quién se anima a discutirlo?

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lunes, 15 de mayo de 2017

La desnudez del periodista

Muchos de los estudiantes de Periodismo, amantes de la comunicación social y futuros profesionales de la palabra sueñan con un ideal. Esa utopía que anhelan, con el tiempo se irá transformando. La razón es simple: Aquel debate añejo de la objetividad periodística ya no tiene sustento alguno. En vías de los visibles avances tecnológicos, del creciente y abundante acceso a la información por parte de todas las personas del mundo entero, del notable caudal de la misma y la evidente postura ideológica de los medios de comunicación participantes (ya sean masivos o no), la subjetividad en el periodismo se descubrió ante todos. Ahora, no puede ocultarse.

Aquello sobre la “Ética del Periodismo” ha quedado atrás. Ezequiel Paz, director y editor de "La Prensa" de Buenos Aires, el 18 de octubre de 1925* dio un discurso que sirvió para muchos como los “Mandamientos del Buen Periodista”. Sin embargo, eso que dijo puede refutarse frase por frase, sin esforzarse demasiado:

Ezequiel Paz sostenía “no omitir nada de lo que el público tenga derecho a conocer”, mientras que hoy día esa premisa de la auto-censura (porque omitir es en parte censurarse) ya queda obsoleta. Frente a la amplia gama de medios, herramientas y acceso a la comprobación de la información, cualquier persona puede conocer y dilucidar los datos omitidos. ¿Se dijo/escribió todo por completo o faltó una parte?, ¿Están todas las voces en el relato o algunas han sido silenciadas?, ¿Qué testimonios valieron como “fuente”? Además, ese “derecho”, ¿Quién lo exige? ¿Emisor o receptor? La omisión de datos puede pecar de inocencia, como no. Y eso sucede.

Dentro del mismo discurso, hacía mención a “la forma culta sin prejuicio de la severidad” y de la “fuerza del pensamiento crítico”. Es que justamente el pensamiento crítico es la subjetividad en su máxima expresión, el prejuicio de una persona ante un hecho supone ignorancia. Ahora bien, como dice Paz, “la forma culta” supone una elección por parte del periodista como sujeto de la comunicación a cultivarse, a formarse intelectualmente, ser culto es una decisión tan íntima, que eso es lo más subjetivo de una persona.

Esos jóvenes que estudian saben que se deben “cuidar de que las informaciones no se deslice la intención personal del que la redacta…”. Así aprendieron, con esa intención comenzarán su carrera. Sin embargo, al leer lo que otros escriban, al buscar información, al acudir a fuentes, se darán cuenta de un dato que comprueba esta utopía de la objetividad: Se toparán una y otra vez con la intención del redactor. Partiendo de la base de los principios de jerarquización de la noticia, la mera elección del carácter relevante de la misma, el recorte fotográfico que ilustre esa nota, los verbos, puntuación, enfoque empleados. Todo, en su conjunto, forma parte de una intencionada presentación de los hechos a sus lectores.

En el “Congreso de Periodismo y Medios de Comunicación (CoPeM)”, celebrado en la Universidad Nacional de La Plata, en mayo del año 2012, el titular de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Carlos Ernesto Espeche abordó el tema de la “falsa dicotomía entre periodismo objetivo o subjetivo”. En dicho Congreso se planteó que la asepsia total no existe en periodismo, en el sentido de una ausencia de “gérmenes”, o sea, de acepciones negativas o contrarias a la labor periodística. Ninguna información queda libre de asunciones ideológicas o culturales del periodista. Todo lo dicho o escrito carga consigo un tinte ideológico. Cómo trascender la parcialidad o la subjetividad y representar de la forma más objetiva posible la realidad ha sido siempre una cuestión medular en el periodismo, sobre todo en los últimos años, gracias al poderoso alcance que tienen los habitantes de los pueblos al acceso y compartimento de información, a su divulgación. Hoy en día, cualquier idea, pensamiento o descripción, puede ser alcanzado por una cantidad incalculable de personas, en todo el mundo, gracias al aporte de Internet, como herramienta, como canal, como un medio.

Ahora bien, podemos preguntarnos: ¿Cómo vemos a través de una ventana? ¿En qué sitio decidimos ubicarnos? Todo lo observado, ¿siempre es lo mismo? Aquello que está del otro lado es indudable, sin embargo en el intento por describirlo minuciosa y detalladamente, habita la interpretación de ese observador. Porque existen tantas realidades como ojos que miran al mundo.

Por último, no por eso menos importante, otra cuestión clave que con el tiempo se evidenció. Algo que por muchos años fue intensamente estudiado y abordado. Ezequiel Paz finalizaba su discurso diciendo que “recordar antes de escribir cuán poderoso es el instrumento de la difusión de que se dispone”. Al decir esto no hace más que dar prueba de aspectos filosóficos y psicológicos sobre la humanidad. El “poder” frente a un individuo. El poder es uno de los rasgos de la vida social, es tan antiguo como el hombre mismo y jamás ha dejado de estar en el centro del pensamiento filosófico. Se puede partir de una reflexión muy cercana al sentido común, que presenta el poder de una manera contradictoria: Las personas ante el poder de otros lo ven como un obstáculo y por eso lo detestan, en cambio cuando reivindican su presencia cuando les pertenece. Para Foucault, se trata de una relación de fuerzas, una situación estratégica en una sociedad en un momento determinado. Por lo tanto, el poder, al ser resultado de relaciones de poder, está en todas partes. El poder, para Foucault, no sólo reprime, sino que también produce efectos de verdad, produce saber, en el sentido de conocimiento. De aquí viene la frase trillada “tener información es tener poder”. Vale la pregunta entonces: Si el periodista tiene “el poder” de informar, ¿Cuál es su objetivo?, ¿Será la intención de ejercer ese poder sobre el desinformado?

Tal vez a muchos jóvenes les llegue este fragmento del discurso sobre la “Ética del Periodismo” y lo tomen como su “Preámbulo predilecto”.  Sin embargo, seguramente se encuentren, con el correr del tiempo, frente a una nueva mirada sobre los hechos. Aquello que al iniciarse pretendían, será simplemente una fantasía. Podrán defender los valores de la objetividad pero, al darse cuenta cuan en desventaja está, sus propios argumentos le jugarán una mala pasada. Entonces, para que esa pretensión no se les vuelva en contra, deberán asumir que en el periodismo todo es subjetivo. Están desnudos, escriban tranquilos.


(*Sobre la “Ética del Periodismo”. Párrafo del discurso de Ezequiel Paz, director y editor de "La Prensa" de Buenos Aires, en el 56º aniversario de "La Prensa", el 18 de octubre de 1925.)
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Hay que hackear a River

¿Te explico este River?

                                                      

Batalla está teniendo suerte. Moreira está haciendo no extrañar a Mercado. Maidana es el "Piqué argentino", Martínez Quarta es una joya con futuro que hizo de Funes Mori, Mayada tiene tanta velocidad y se adapta tan bien que cualquier técnico lo querría en su equipo. Ponzio es cerebro puro, siempre te gana el superclasico del medio. Nacho Fernández se está sacrificando. Rojas volvió para quedarse, ya conoce el libreto. Gonzalo "Pity" Martínez es petiso, habilidoso y está agrandado (no hay mejor cosa -y peor para los rivales- en el fútbol que un enano agrandado, preguntar por un tal Ortega, Aimar, Buonanotte)

 

Driussi y Alario son la perfección futbolística, ¿Porqué? Porque rinden. Meten goles. Punto. Con nivel de Selección (Es ahora Sampaoli) juegan a otra cosa, están afilados y son la dupla ideal, soñada. Efectividad, calidad, sacrificio, condiciones naturales o adquiridas, no importa pero a la celeste y blanca le vienen bien esos detalles para sumar a su plantilla.



Gallardo no es Guardiola, pero se parece tanto. Contagia, responde, conduce, lidera, maneja. Se hace respetar y sus dirigidos obedecen (ver a Gago pateando un tiro libre desviado mientras Guillermo, su DT, le ordenaba que pateara Pavón)

¿Te explico este River? Se explica solo...

Es ese Boca de Bianchi donde jugador que entraba, jugador que rendía, donde los clásicos no se jugaban con miedo sino con "el cuchillo entre los dientes" y el relojito suizo precisado. Es mentalidad ganadora pura. Este equipo es el que entra a la cancha sabiendo que no va a perder (después puede pasar cualquier cosa), sus jugadores no agachan la cabeza de timidez sino que van con la frente levantada. Pero además de lo psicológico donde River parece tener todo equilibrado (ver los gestos de "presión" y vergüenza en los rostros de Vergini e Insaurralde), también se explica en lo técnico.

Todos tienen el chip puesto, funcionan como un sistema informático diseñado por Steve Jobs o una red hecha por Mark Zuckerber, donde cada una de sus partes favorece el funcionamiento y se adapta a la otra, para que todo el proceso sea perfecto. Cada byte tiene el botín puesto, el corazón en la mano y la contraseña aprendida de memoria. ¿Alguien sabe esa contraseña? Nadie. Sólo ellos, los del Mundo River. Si algún equipo pretende copiar esa fórmula, debería saber mucho de sistemas.

Por ahora, así veo a este River. ¿Porqué por ahora? Porque como esto es fútbol y su dinámica es lo impensado, todo puede cambiar.


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domingo, 7 de mayo de 2017

Periodismo de periodistas

A esos periodistas "estrella" que brillan en la constelación mediática. A esos que, auspiciados, alienados, "bancados" por el empresario de turno, se convierten muchas veces en "sicarios de opinión". A los "ilustres", respetados. A esos que hacen periodismo de periodistas, o a los que se desempeñan en el campo de la autorreferencia. A ellos, a cada uno de ellos, este escrito debería darles más de una razón para replantearse muchas cosas, sobretodo de sus propias carreras:
“Yo no tengo dios, pero, si tuviera, le pediría: Salvame. Salvame de pronunciar, alguna vez, las frases “porque mi libro”, “según mi obra” o “como ya escribí yo en 1998”. Salvame de estar pendiente de lo que digan de mí, preocupada por lo que dejen de decir, horrorizada cuando no digan nada. Salvame de la humillación de transformarme en mi tema preferido, del oprobio de no darme cuenta, de la vergüenza de que nadie se atreva a advertírmelo. Salvame de pensar, alguna vez, que en nombre de mi nombre puedo decir cualquier cosa, defender cualquier cosa, ofender a quien sea. Salvame de creer que un anecdotario personal (mío: de cosas que me hayan sucedido a mí) puede ser el tema excluyente de una conferencia de dos horas o de un seminario de una semana. Salvame de esperar que lo que escribo – o digo – le importe a mucha gente. Salvame de traer a colación, en todas las conversaciones de café, en cada sobremesa con amigos, lo que dicen los demás de lo que yo escribí, lo que dicen los demás de lo que yo hice. Salvame de creer que nadie lo hacer mejor que yo. Salvame de la ira contra quienes lo hacen mejor que yo: Salvame de odiarlos secretamente y de decir, en público, que son resentidos, mediocres y plagiarios. Salvame de creer que, si no estoy invitada, entonces la cena, el congreso, el encuentro, no son importantes. Salvame de la confusión de suponer que me recordarán por siempre. Salvame de la tentación de pensar que lo que escribiré mañana será mejor que lo que escribí ayer. Salvame de la catástrofe de no darme cuenta de que ya nunca más podré escribir algo mejor que lo que escribí ayer (dame la astucia para entenderlo, el valor para vivir con eso y el temple de bestia que se necesita para no volver a intentarlo). Salvame de perder la curiosidad por anda que no sea yo, mi, mío, para mí, por mí, de mí, conmigo, en mí, contra mí, según yo. Salvame de copiarme a mí misma, de usar siempre el camino que conozco. Salvame de no querer tomar el riesgo, o de tomarlo sin estar dispuesta a que el riesgo me aniquile. Salvame de la adulación. Salvame de escuchar sólo lo que me hace bien, y de despreciar todo lo que no me alaba. Salvame de necesitar la mirada de los otros. Salvame de ambicionar el camino de los otros. No me salves de mí. De todo lo demás: Salvame."
SALVAME Por Leila Guerrero, Revista Sábado, El Mercurio, Chile, julio 2011.
Sus voces, sus dichos, sus gestos, sus palabras, todo lo que dicen en radio, en televisión o escriben en diario, todo repercute en las personas. Ya sea para bien o para mal, aquello que dicen y hacen, repercute directa e indirectamente, pesa en la influencia.
Por eso deberían pedir ser salvados. Así, el periodismo volvería a ser lo que era. Y los periodistas dedicarse a practicar simplemente periodismo.
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miércoles, 3 de mayo de 2017

Se puede vivir sin Whatsapp

Muchos usuarios se tomaron "con humor" el hecho con la frase "se cayó Whatsapp" y en cuestión de minutos el tema alcanzó dimensiones abrumadoras. Las redes sociales, alrededor del mundo, se super poblaron de opiniones, comentarios, chistes y reflexiones sobre la interrupción del servicio de mensajería instantánea.

Más allá de la simpatía, una mirada crítica se desprende de esto. Todos lo tomaron de manera liviana pero, ¿qué hubiera pasado si la falla duraba todo el día? ¿Se imaginan al mundo sin Whatsapp durante 24 horas?

Solo habría que pensar en el mundo antes del año 2009, cuando la mensajería estaba limitada a los SMS. Con esto, los modos de comunicación eran distintos. Originalmente, Whatsapp era una aplicación para dispositivos BlackBerry y más tarde, para iPhone. En el 2014, el creador de Facebook Mark Zuckerberg, compraba la aplicación por 19 mil millones de dólares, dando comienzo al crecimiento de este reinado. Actualmente, supera los 1 mil millones de usuarios en todo el mundo.



Volviendo a la afirmación inicial, de pensar un mundo sin Whatsapp, se puede reconocer que se recuperaría el valor de algo olvidado, dejado de lado, postergado por muchas personas. Sin estas aplicaciones, recuperaríamos el valor de la mirada. La mirada a los ojos. En el colectivo, tren o subte, en los bares o restaurantes, en la calle, en las reuniones entre amigos, en la mesa familiar, en las oficinas y hasta en los programas de Televisión. Fueron apenas unos minutos, pero se pudo "sobrevivir". Las personas ironizaron sobre esta falla del sistema sin darse cuenta que estaban asumiendo su dependencia tecnológica, aún así, se pudo seguir.

Los medios se hicieron eco de la noticia:




Y en cuestión de minutos, la red se inundó de "memes" en referencia al tema:
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