miércoles, 15 de noviembre de 2017

LA GUERRA DE LA POSVERDAD

"Nadie puede escribir como periodista lo que no puede decir como caballero"



Periodismo de periodistas. Pelea de egos. Legitimar los discursos vacíos. Opinión sobre información. Ética periodística a marzo. Lucha de intereses. Llamemos esto como queramos. 

Asumimos una vez más a otro capítulo nefasto de la credibilidad, con las malas intenciones como armas. Vivimos en una crisis de las instituciones. Y el periodismo, como institución dentro del campo de la comunicación, no se queda al margen. Al contrario sus partícipes, reconocibles por la ciudadanía, son parte de los ejércitos en una guerra innecesaria. Como toda guerra, los "cerebros" de ella mueven los hilos desde el anonimato. Mientras un soldado grita el nombre y apellido del jefe de ese "otro bando", esos poderosos e inescrupulosos se enfurecen y salen al mercado, a buscar más armamento, de munición mayor. ¿Cuál es el fin? Hacer daño. 

Entonces cada uno está en la comodidad de su lugar: Los cerebros, en sus oficinas mirando su inmenso tablero de ajedrez pseudoperiodístico. Los luchadores, con la corbata como espada, dando golpes a diestra y siniestra. Como toda guerra, los primeros en sufrir el mayor daño son los humildes trabajadores. Ahí está la cara de la derrota, en los que se quedaron en la calle. En los que se alegraron cuando pasaron su primera entrevista, soñaron con ese trabajo y cada día lo llevaron con alegría, siendo buenos compañeros, solidarios y respetuosos con la verdad, siguieron órdenes de sus jefes pero nunca conocieron el rostro de las altas esferas, hasta que un día todo se les derrumba. Todo. Las condiciones a sus pares cambiaron, comenzaron a notarse desigualdades, injusticias, aprietes, tensiones. Sobre sus sectores de trabajo empezaron a sobrevolar aves carroñeras, que comieron la labor del que echaron la semana anterior. Y esos humildes, sin vender sus valores como personas, intentaron frenar a esas aves. Pero sus alas fueron creciendo, tanto que la carroña las llevó a acaparar 3 y hasta 4 funciones por un mismo sueldo. Codo a codo con las gerencias, dando vía libre a más ejecuciones. Esas son las verdaderas víctimas de la batalla. Su sangre derramada en un campo de batalla que nunca pidieron estar. Solo trabajar, seguir su pasión, la del periodismo. Con la clara premisa: Informar, informar, informar. Informar tanto, que su propio nombre pase desapercibido. Porque la verdadera protagonista de toda historia es la información. Hace años asistimos a ese otro rumbo. Donde los "zócalos" rezan la frase "FULANO CON EL PRESIDENTE". Como si la noticia fuera esa, que ese Fulano estaba sentado con el Presidente. Ahí está la clave, en dejar de creer que todo un Universo gira alrededor nuestro.




Posverdad o mentira emotiva es un neologismo​ que describe la situación en la cual, a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales.




"Fue insulto", "no fue insulto", "fue antisemita", "estuvo bien en reaccionar", "es un violento", "le gritaron muchas cosas", "solo le dijeron una cosa". Esa es la posverdad, se instala y viaja por los pasillos. Se escuchan versiones, rumores, trascendidos. Ese déficit de lo concreto, ese divagar hace tambalear tanto a la verdad, que ya no importa si ocurrió o no. Porque eso da el pie para hablar de lo que se tenga ganas en ese momento, así de simple.

"No sé si le dijeron eso, pero si se lo dijeron, hay que decir que...." Es el preludio al desnudo de las intenciones de ese periodista frente al micrófono. La posverdad, como fenómeno casi mitológico, genera tantos discursos que dejan a la sociedad confundida. Y así, en semejante confusión, gana la desinformación. Pierde la reflexión, el debate serio y vuelve a reinar la habilidad del "hablar por hablar". Opinamos sin saber del tema, solo por la "obligación" de opinar al respecto.







Una pregunta se desprende: ¿Es periodismo anteponer el "yo" al hecho en sí? ¿Es periodístico opinar desde el vacío de contenido, sin servirse de datos concretos, solo para desprestigiar al otro?

Al hablar de ética periodística se hace alusión a aquella que deben tener los profesionales de la información y que garantiza el desarrollo de la nación a través de la búsqueda de la verdad, el respeto por las personas y por los principios de su profesión. Tal vez esto responda a esa pregunta. Es que sin ética, no existe periodismo.





http://josecrettaz.com/medios/la-hipocresia-de-los-indignados-por-la-crisis-de-los-medios-radical-chic-y-progresismo-estupido/

¿Qué sería lo más grave de toda esta situación? Que el debate se instale en toda la sociedad, que la agenda propuesta por los grandes medios sea esta. Hablar en la calle, en la casa, en la familia o en el trabajo sobre "de que lado" habría que ubicarse. No se trata de elegir si creerle a uno o a otro. No se trata de ponerse la remera con la cara de uno u otro. 

Lo que debemos aprender de todo esto es lo siguiente: Tener la mirada dispuesta a la crítica. No conformarse simplemente con lo que se oye o lee por un solo medio. Una frase resume todo lo acontecido durante la noche de entrega de "Los Martín Fierro":


"Salón lleno de periodistas, pasó algo entre ellos, y después tuvimos 20 versiones diferentes de lo que pasó. Y eso, mis amigos, es el periodismo."







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viernes, 3 de noviembre de 2017

PASAMOS MUSICA POR SANTIAGO MALDONADO

¿Cuál es la contracara de la violencia?

Una imagen que respira paz. Una mirada que pide paz.

Cuando suceden hechos de notable concurrencia masiva, donde gran parte de una sociedad se moviliza, deja la quietud para exigir algo, los medios de comunicación suelen cobrar incidencia paralela en la decisión de su cobertura. ¿Lo cuentan o no? Si lo cuentan, ¿Cómo lo hacen? ¿Desde que enfoque? Es sabido por todos, que los intereses de los principales grupos mediáticos del país, llevan muchas veces a caminos discutibles. De todo lo que pasa, de aquello trascendente, ¿Qué es lo les interesa mostrar? La respuesta es simple. La conveniencia. Lamentablemente, muchas veces lo que "les conviene" es mostrar el rostro de la violencia.
Sin embargo, otros medios de comunicación toman decisiones distintas. Tienen enfoques distintos, responsables. Por ser menos vistos, menos consultados y no homogénicos, ¿Son menos importantes?

 





En una imagen se pueden labrar mil actas, enunciar tantos eufemismos, aclamar muchos gritos y silenciar la voz de la mentira. El engaño se disfraza, envuelve y convence a mansalva. Las vendas en los ojos derrotan al que luche por la verdad, es cuestión de fuerza y voluntad, de no conformarse con lo que nos presenten, para quitarle el velo a la hipocresía. Solo así, seremos vencedores.

MI VICTORIA 

Me puse del lado de los indios, y me derrotaron.
Me puse del lado de los negros, y me derrotaron.
Me puse del lado de los campesinos , y me derrotaron.
Me puse del lado de los obreros, y me derrotaron.
Me puse del lado de los pobres, y me derrotaron.
Me puse del lado de los perseguidos, y me derrotaron.
Me puse del lado de los discriminados, y me derrotaron.
Me puse del lado de los débiles, y me derrotaron.
Pero nunca me puse del lado de los que me vencieron.
ESA ES MI VICTORIA  !!

Darcy Ribeiro 
26/10/22 - 17/02/97
Antropológo, político, escritor y sociólogo brasileño.


Foto: Brenda Steinberg

Para ver y escuchar a Sergio Maldonado:
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Sergio Maldonado tiene razón, la música suele decir muchas cosas más. Por eso, en honor a TODOS LOS SANTIAGO MALDONADO del país, a los olvidados, desprotegidos, injuriados, maldecidos, bastardeados sin razón, en honor a ellxs, vamos a escuchar una canción:

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