sábado, 22 de junio de 2019

VOLVER A VIVIR

Perdón. Perdón por haberte abandonado. Por posponerte. Deberías creerme, no fue mi intención. Te dejé de lado. Muchas veces, extrañandote.  Otras veces, hablando sobre tu importancia en mi vida. Como te decía, no fue mi idea perderte, simplemente me alejé. Y eso, hoy me duele. Porque te extraño. Te necesito. Te pido que vuelvas a ser parte de mi vida. Hay algo que nunca te dije, creo. Es que cuando estás, yo me siento vivo.

Sos alegría, tristeza, amor y odio. Todos los sentimientos, unidos bajo tu cuerpo sagrado. Deseo tu manto blanco, tu espacio virgen de mis manos. Deseo recorrer una a una las líneas donde descansan mis ideas. Deseo arremeter cuando me inspiro, envolverte en mi llama y quemarme en la hoguera de tu espacio. Deseo resurgir como un fénix y recibir tu bienvenida.

Prometo no volver a dejarte, es que en verdad sería dejarme. Cada día, al despertar o antes de dormir, mi desvelo recaerá en tu efecto. Sanaré las heridas, provocaré otras. Borraré el pasado, inventaré mi futuro, que volveré a borrar cuando ya esté pisado. Serás mi compañía, nuevamente juntos, unidos en cuerpo y alma. El trecho del corazón a la mente y viceversa, es un camino transitable, gracias a tu aparición.

Jamás te olvidé. Vives en mí, como yo en tu esencia. Lates en mí, como dicta tu fuerza. Eres mi motor, principal fuente de energía. No podría resetear mi cabeza y eliminarte con un chasquido. Ni con vientos huracanados que intenten alejarnos, ni siquiera helar mi sangre a temperaturas bajo cero. Nada podría borrarte. Ni la magia desaparecerte.

Te manifiesto, que pase lo que pase, sé que siempre estarás en mí. Perdón si no escribí durante tanto tiempo, ya estoy de regreso. Al fin y al cabo, así es la vida. Yo soy escritor. Y no sería lo que soy, sin vos, escritura. Hoy te vuelvo a escribir, no para prometer sino para cumplirte.


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